martes, 3 de septiembre de 2013

SOÑANDO EN LA LLUVIA

 Anoche soñe que recorria un camino.
Y en ese camino mis pasos, uno tras otro, me llevaban por valles o montañas. En él, a veces tropezando y a veces como si fuera una brisa suave, cálida y ténue, llegaba a alcanzar mis sueños e ilusiones. A veces, también, veia como estos se quedaban a un lado del camino, como simples retoños de una flor que no llegó a nacer.
En el camino había lugares mágicos, como aquel en el que encontré la vida, amaneciendo a raudales y llenándome de dicha, porque esa vida salía de mi cuerpo y de mi alma. Esa vida que siempre estará ahi, que siempre será importante.
Y también encontré lugares llenos de traición, de duda, y de fracaso en algunas montañas que hube de subir para resurgir de las tinieblas que las rodeaban. La tarea de escalar esas montañas fue dura y complicada.
Pero cada vez que llegaba arriba me encontraba con un sueño, con el mas maravilloso de todos: volver a sentir la ilusion y el amor en mi corazón.
Y aquel amor que veía alli arriba, inalcanzable, en el cielo junto al sol, llenaba todos los poros de mi piel y todos los rincones de mi alma.
El camino tenía una sola dirección y sólo podía seguir hacia delante.
Y por eso mismo, ese sueño se me escurría de las manos.
Hubiera querido ser como las cumbres de las montañas que pisaba, cubiertas de frio y de hielo.
Pero sólo podia sentirme como alguien que deseaba con todo su corazón que los sueños, a veces, pudieran convertirse en realidad.

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